Empleamos el método lavado (wash) para el procesado de las cerezas cosechadas. Para tal efecto usamos el agua de una fuente que nace en el corazón de nuestra finca optimizando, si cabe, más aún el consumo de este bien preciado. Se recolectan las cerezas maduras, luego el fruto se despulpa a través de una máquina despulpadora que trata las cerezas hasta retirar toda su pulpa. Ya despulpado, pero aún con todo el mucílago o miel que envuelve las 2 semilla, estos son colocados en tinas para ser sometidos a un proceso de fermentación por unas 12 a 18 horas, tiempo en el que se descompone el mucílago. Permitiendo de esta manera la remoción total de esta miel de forma manual o mecánica por fricción. Para luego ser secado al sol o mecánicamente, llevando el grano a la humedad ideal entre 10 y 12 grados.

Se seleccionan cerezas en su estado óptimo de madurez, luego los frutos se limpian y clasifican para descartar imperfecciones. Los frutos seleccionados, enteros sin despulpar son sometidos al secado al sol en camas africanas por unos 20 a 30 días donde son removidas constantemente para lograr un secado uniforme. Logrando con este proceso que el café absorba los azúcares del mucílago, como resultado logramos tazas dulces, y frutales.

Muy similar al método de lavado el grano se despulpa, pero a diferencia se conserva el mucílago o miel y es llevado al secado en camas africanas por unos 12 a 15 días donde es vital removerlo para lograr un secado uniforme.

Luego de hacer cualquiera de estos procesos los granos entran a nuestra bodega para su respectivo periodo de reposo y así se homogenicen   y lleguen a su mejor condición para expresar su mejor sabor.

Posteriormente a este periodo de reposo estamos preparados para pilar, o retirar la tercera capa, conocida como pergamino, esta membrana envuelve el grano y permanece adherida aún después de los procesos de lavado, natural o Honey. Contamos con las piladoras que realizan este importante trabajo. Nuestra maquinaria también está preparada para después de pilados los granos hacerles una selección por tamaños pasándolos a través de mallas con orificios de diferentes diámetros separando de esta manera los más pequeños. Seguidamente otra máquina densimétrica agrupa los granos por peso esto da una mayor uniformidad.

La tercera clasificación es por color esta se realiza de forma manual y se hace para eliminar granos que presenten algún color extraño como rojo, amarillos, negros, blancos.

Luego de todo este proceso estamos listos para empacar el café en bolsas plásticas tipo grain pro y sacos de yute o henequén que mantendrán la humedad y no permitirán que se contamine nuestro café y pueda viajar a su destino, garantizando que después de un largo viaje el tostador y por último el consumidor disfrute de una excelente taza de café.

Así, la situación geográfica junto con las manos expertas de gente local y la pasión empleada en cada uno de los procesos relacionados con nuestro café han resultado en producir un café equilibrado y de gran complejidad aromática.